DISCURSO
Dedico mi trabajo artístico a registrar el paso del tiempo. Se trata de un esfuerzo por convertir mi propia vida en un ejemplo evidente de cómo ésta avanza inevitablemente. Se puede ver como un archivo de las acciones entendidas como básicas para estar en el mundo: comer, beber, vestirme, … y encontramos que toda la información que estas reúnen me definen en un contexto social.
A su vez, consiste en rebasar y hacer “atemporal” una experiencia diaria mientras trabajo como una práctica, entendida como procedimientos donde los materiales, como huellas, motivan y representan. Este trabajo se concretiza en acciones performaticas dentro de mi vida diaria y en mis actos diarios tomados como performance. Para materializarlo me valgo de la fotografía y el video como documento, y también realizo esculturas y texturas con los materiales que desecho. La idea de tras haber explorado el arte basado en procesos y el arte efímero, se relaciona asimismo con un problema fundamental del arte mediático: la necesidad de crear instrumentos que permanezcan inalterados y se puedan conservar. En este caso, preservo lo que a priori, es perecedero y por lo tanto rechazado. Actualmente, exploro procesos de mediación, en los que desde mi identidad y habiendo reflexionado sobre mi contexto social, participo de la comunidad. La alimentación y el desecho constituye una parte fundamental de mi obra como reflejo social. A través del sistema alimentario y nuestros hábitos sociales menciono temas que van desde lo nutricional a cuestiones de moral sociales y medioambientales.
Como finalidad, y desde mi compromiso como docente es, por un lado, alertar sobre la importancia de nuestro medio ambiente y sobre nuestra moral social; y por otro, proponer una mirada sobre como en el mundo cotidiano que nos rodea hay que encontrar la belleza.